Artesanías.
En la entrada de San Juan de Oriente después de un rótulo que da la bienvenida, una variedad de artesanías coloridas se exhiben a lo largo de la calle. El trabajo al cual se ha sometido la mayoría de los pobladores del lugar por ser heredado, es una muestra del porque se considera al lugar, la cuna de la producción de artesanía.
Al igual que muchos, Pascuala Jiménez Potosme, de 63 años de piel morena y baja estatura, es artesana desde que tenía diez años. Desde entonces ella observaba como sus abuelos trabajaban el barro.
“no solo hacían las vasijas, también hacían ollas para su propio uso, el jarro para el café, yo observaba y aprendía todo el proceso de elaboración desde la extracción del barro hasta la venta” comenta Pascuala.
Una casa sencilla hecha de piedra cantera con zinc en la parte frontal de tejas y barro en el costado, es el hogar de Pascuala. La casa se parece a varias de las que le siguen en el camino y como otras tiene en el patio el horno y la máquina para “tornear” necesaria para crear sus artesanías.
De esta manera el lugar aparte de ser su vivienda, es su taller en el cual se aprecian todas las vasijas de barro “crudas” con uvas o girasoles como decoración. Las artesanías son puestas en el suelo como parte del proceso de secado antes de pasar por el horno y por pintura.
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