
Rosa Canales tiene diez años de ser ganchera /Lester Arcia
Una mujer de mediana estatura entra a las angostas calles del Mercado Oriental, se le acerca a un hombre que va cargado de mercadería; en medio del bullicio y de todos los marchantes, ella introduce la mano derecha y sustrae del bolsillo de un individuo una billetera que contenía mil córdobas, éste nunca se dio cuenta. Esto es lo que hace todos los días Rosa Ponce Canales, quien después de haber sido víctima de explotación laboral decidió buscar desde hace diez años una “mejor vida” siendo “ganchera”.
En el 2003 el salario que devengaba Rosa Canales era de tres mil quinientos córdobas, en la actualidad su ingreso sería de cuatro mil quinientos – mil córdobas de diferencia- si Rosa hubiese continuado como trabajadora doméstica. Hoy el ingreso diario de Ponce Canales es de mil córdobas, haciendo suma de esto, su admisión mensual sería de treinta mil, seis veces más que la cantidad del salario de un maestro de Educación Primaria.
Todo empezó cuando los jefes que tenía la empezaron a explotar de manera laboral. Salía de su casa de habitación rumbo a su trabajo a partir de las seis de la mañana; llegaba a su lugar de trabajo, preparaba los tres tiempos de comida, trapeaba el piso, lavaba ropa y trastos y demás oficios del hogar, hasta salir de ahí a las ocho de la noche. Catorce horas diarias de trabajo y sin descanso.
La depresión, la angustia y el hambre que pasaban los cuatro hijos y los padres de Rosa Ponce, fueron los factores que la obligaron a tomar otro rumbo en su vida, renunció al trabajo que tenía, y decidió llegar a la “zona más cara del país”, el Mercado Oriental, catalogado así por Pablo Augusto Rivera, Gerente de dicho centro de compras.
Les llaman “gancheras”, carteristas o ladronas, en fin cualquiera de las tres definiciones son correctas. Rosa Ponce es una de ellas: una “Ganchera” que desde los 28 años empezó en este mundo, en la actualidad tiene 38 abriles, diez años ejerciendo una “profesión” que no tuvo preparación previa.
Llega al “Gigante” de Managua a las nueve de la mañana, compra el desayuno y posterior a esto se dispone con un bolso en su hombro izquierdo a pasearse por las calles del mercado, su misión es observar y luego accionar ante el “mejor postor” (la victima), quien sin enterarse ha sido despojado de sus pertenencias, este podría ser su único sacrificado en todo el día, pues la billetera que sustrajo contenía la cantidad de dinero que devenga de las diez de la mañana a las cinco de la tarde, hora para irse a su casa y pasar un momento en familia, junto a sus hijos y sus padres.
Esta “Ganchera” en la actualidad tiene seis hijos, dos descendencias más después de haber renunciado a su anterior trabajo. A su cargo están el padre que tiene ochenta años y la madre con setenta y cinco, ambos a cargo de ella. El ser madre soltera, cuidar de sus seis hijos incluyendo a un niño de 20 de meses y a sus padres han sido el motor por el cual no ha dejado de “gancherear”.
No todo ha sido fácil
Para Ponce, este es un buen trabajo pero riesgoso a la vez, consecuencia de esto ha sido arrestada, golpeada por sus propias víctimas y en 2006 fue herida con arma de fuego, pero sus hijos y la misma situación económica han hecho de esta mujer “meter las manos donde no debe y sobre todo tener valor”.
El Mercado Oriental ha sido el único confidente de esta madre, los hijos de Canales no saben que su progenitora es una “ganchera”, cuando ha estado arrestada sus hijos creen que ella está viajando por diferentes partes del país ofreciendo diferentes tipos de mercadería. El único miedo de Rosa Ponce es que la verdad llegue a oídos de sus hijos. Con este trabajo Rosa Ponce Canales, ha sacado adelante a sus hijos.
Tiene un hijo de 19 años egresado de veterinaria, otra joven de 17 años estudiante de belleza y pastelería, un adolescente de 14 en busca de la vocación del sacerdocio, dos que están en los estudios primarios y el menor de 20 meses de edad; el que según ella será su último hijo.
Quince mil córdobas es el gasto que realiza Canales para mantener su hogar en pie, sin ninguna falta económica, según la página oficial del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE) el precio de la Canasta Básica de enero a junio de 2014 en Nicaragua es de 11,298 córdobas; 3,702 córdobas menos de los gastos que realiza Rosa al mes en su hogar.
Es evidente para esta mujer que si hubiera continuado trabajando de domestica o quizás culminado una carrera profesional, el futuro de sus hijos no hubiese corrido con la mejor suerte y ella seguiría siendo víctima de explotación laboral. Sin embargo, no descarta la posibilidad de salirse del mundo en que está sumergida, y que muy pronto el mercado más grande de Centroamérica le cerrara las puestas.
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