Cuando se trata de decidir, cuál deporte prefieren los jóvenes nicaragüenses, la respuesta no tarda en aparecer: El fútbol. En las calles de muchos barrios de Nicaragua, cientos de niños corren tras la pelota, no para atrapar un elevado, ni alcanzar una base, sino para intentar marcar un gol. Poco a poco, los bates de béisbol son cambiados por tacos y pelotas improvisadas.
Cabe destacar que, en Nicaragua el deporte rey es el béisbol, pero planteo la pregunta ¿La reciente popularidad del futbol puede desbancar al béisbol? ¿Es una competencia real el futbol para el béisbol?
Primero, hay que separar la práctica, del fanatismo. No ahondaré en lo primero por que el biotipo del futbolista nicaragüense no está para trascender en resultados, además, ya se ha tocado el tema en otros sitios y se aterriza en lo mismo, el futbol presenta más facilidades para jugar que el béisbol, por utillaje y el terreno, también porque es fácil jugarlo. Pero otra cosa es el ser fanático de fútbol, interactuar sobre este deporte, consumirlo, en un país donde aún el deporte que se juega con los pies, presenta debilidades para doblegar al béisbol como deporte rey.
El futbol es tema de conversación en cualquier grupo de hombres, pero son pláticas que no afectarán al Béisbol como deporte rey. Porque no trascenderán de la emoción de ver un partido de futbol a nivel internacional. Más bien, son efectos directos del marketing que impulsa a consumir futbol internacional. Justamente son modismos que hasta muchachas han adquirido hoy en dia, pero repito, tanta atención a ver estrellas del otro lado del continente, y en muchas veces ni siquiera recordar que tenemos una liga de primera división de futbol, no ayudará al futbol a intentar superar al béisbol en Nicaragua.
Si bien es cierto, en el béisbol los índices de asistencia en jóvenes dentro de los estadios, son casi nulas; Los estadios de futbol tampoco se quedan atrás. El estadio nacional de fútbol, que de por si no está completamente terminado, normalmente no acoge mas de 300 personas, y en los pocos departamentos donde hay equipos de primera división, los estadios, en su mayoría, no tienen capacidad para mas de 1000 personas. Por otro lado los estadios de béisbol que no sean Managua o Granada, registran hasta en partidos de poca calidad alrededor de 2000 fanáticos, de modo general aún ni los talones le toca el fútbol al béisbol.¿Y en los jóvenes?
No es nuevo que en muchos estadios de béisbol en Nicaragua, las graderías son lleandas por adultos mas o menos de 35 años en adelante, veteranos que se deleitan ver partidos de béisbol mientras recuerdan los momentos gloriosos de este deporte en décadas pasadas ; a pesar de que en el estadio nacional de futbol llega bien balanceada cantidad de público joven combinado con adultos, es una gran minoría la cantidad de jóvenes que se identifican con ir a ver un partido nacional. Aunque suene cruel, muchos jóvenes que han visto miles de partidos en cadenas internacionales y ven a atletas super millonarios, pero nunca han estado en un estadio real, con la adrenalina de las barras y los gritos que aturden a un inmueble. Por ello el béisbol no tiene que temer con los índices de asistencia a sus estadios, aunque los jóvenes no les llame la atención ir a sus estadios, es mas precaria la situación de los estadios de futbol.
Me atrevería a decir que, en Nicaragua no existe una idea clara y real para promover el fútbol. Los estadios no cumplen con la infraestructura -en la mayoría-, no se trabaja el marketing, también, tiene poca representación a nivel nacional (4 de los 10 equipos son de Managua) y por supuesto, los resultados a nivel de selección hunden a este deporte.
Por ahora, aunque el grito del gol comienza, no opaca el bullicio y la algarabiada, que provocan los aplausos de un cuadrangular.
Las Redes Futboleras
Los jóvenes son víctimas directas del marketing, porque la televisión bombardea e incita a consumir fútbol, pero fútbol internacional, dejando a un lado lo nacional. Este fenómeno a invadido y ha obligado a jóvenes a ver futbol y hablar de estrellas internacionales, pero son incapaces de mencionar un jugador de primera división en Nicaragua en su mayoría.¿Se puede alcanzar algo ignorando lo propio?
En las redes sociales, cada que se realizan partidos futbolísticos internacionales, en general, los jóvenes postean estados a lo masivo; obviamente nadie hace lo mismo cuando hay partidos de béisbol o de grandes ligas. Incluso, muchos ni siquiera saben cuántos equipos de primera división nacional, existen. Comentarios van y vienen, pero pocos son capaces de postear con bases sólidas.
La diferencia, donde el futbol nacional, al menos en un análisis cuantitativo toma ventaja, es en las redes sociales.La cantidad de “me gusta” en las páginas de FutbolNica y Liga German Pomares Ordoñez de Facebook expone ese argumento. La primera rebasa los 72 mil me gusta y la segunda apenas está por llegar a los 9 mil,. El público del béisbol son personas mayores que no tienen cuenta en Facebook, mientras que Futbol Nica tiene jóvenes que aunque no interactúan ya le dieron me gusta a dicha pagina en Facebook, aunque no hay mucha actividad a pesar de la cantidad abultada de “Me gusta” (Aproximadamente un promedio de 2 comentarios en sus últimas 20 publicaciones antes de redactar este articulo). La tendencia es hacia los jóvenes e internet, pero en Nicaragua, un país que esta en pañales en medios digitales, aun se prefiera escuchar un partido por radio que en GameCast un partido de futbol.
El lenguaje del futbol es entendido por la gran mayoría de jóvenes nicaragüenses, quienes parecen estar en misa cuando observan algún partido de fútbol internacional. Mientras, como islas muy aisladas, se escuchan jóvenes hablando sobre béisbol de grandes ligas o béisbol nacional.
El joven nicaragüense, entre 8 y 25 años aproximadamente, consume mucho fútbol en la televisión, interactúa mucho sobre futbol en redes sociales y por supuesto en sus pláticas entre amigos siempre debe ir -en la mayoría de caso- algo relacionado al futbol. La realidad es que esos aspectos aún no representan daño serio a la cultura beisbolista en Nicaragua, la cual tímidamente se intenta transmitir de generación en generación.
Leave a Reply