El cerro Motastepe es una mina natural a cielo abierto, que ha sido socavada desenfrenadamente por una empresa de capital extranjero desde los tiempos de Somoza. En la zona se puede dar un deslizamiento de arenas, sin embargo, las instituciones encargadas de regular esta problemática no hacen nada al respecto.
Por: Yader Antonio Hernández
Camiones suben y bajan llenos de arena, a través de senderos que las mismas palas mecánicas han realizado, el cerro cada vez pierde su verdor. El Motastepe, pareciera un ave que está cambiando su plumaje verde por tener el color gris de la construcción; día a día se aprecia más socavado porque la mano del hombre avanza con rapidez sobre él. No se sabe si algún día la naturaleza tomará venganza al derrumbarse, sin embargo, nadie hace nada por controlar una explotación que a la vista se nota desmedida.
Arenas Nacionales, S.A. (ANSA), es la empresa que desde la década de 1950, se encarga de extraer minerales en el área. Esta organización es un consorcio de capital extranjero que se ha apoderado de una buena parte de los yacimientos mineros del país, a través de la firma de explotación mineral, Inversiones Mineras, S.A (IMISA).
El cerro Motastepe en su composición geológica, está compuesto de cenizas y arenas que se explotan de forma irracional para venderse en la industria de la construcción.
Según pobladores de las laderas del cerro, la extracción de minerales en la zona no les afecta directamente, porque el gobierno ha exigido que se reforeste en la parte baja del cerro para evitar que a la gente le caigan nubes de polvo, como en otras épocas que les afectaba la respiración y los techos se llenaban de arena en verano. Sin embargo, siempre existe el temor de un derrumbe “si se viene un deslave, nos lleva en el saco a todos”, dice doña Tomasa Dávila quien tiene 15 años de vivir en la zona del km 8 ½ carretera nueva a León.
Maura Zeas, coordinadora de proyectos de biodiversidad del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA), asegura que esta institución no cuenta con ningún plan de regulación del lugar a pesar de que este sitio se encuentra ubicado cercano a la laguna de Asososca, porque no es un área protegida sino un yacimiento de materiales de construcción que desde décadas ha sido explotado. Según esta funcionaria, el Marena no puede mantener vigilancia en la zona, porque el cerro no cuenta con la flora y fauna que requiere un área protegida.
Los datos del Marena, reflejan que para en el 2009 se hicieron estudios de evaluación de impacto ambiental, en alianzas con la Alcaldía de Managua, el Ministerio del Transporte e Infraestructura (MTI) y el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER); donde se llegó a la conclusión que la zona no representa alto riesgo para la población y la zona cercana al cerro. Sin embargo, cada día la devastación en esta mina de alturas es notable, creciendo el diámetro de socavamiento.
Antonio Esgueva, historiador de la Universidad Centroamericana (UCA), dice que el Mostastepe para décadas de los años ochenta, aún era un punto simbólico en la parte suroeste de Managua, porque aún no estaba tan avanzado el problema y servía como un punto de referencia para llegar a los caseríos que hoy en día es Ciudad Sandino. “Si este cerro no hubiera sido explotado tan despiadadamente, sería un mirador natural para Managua, y quizá serviría para el turismo”, dice Esgueva.
El impacto ambiental en la zona
Los expertos en biodiversidad aseguran, que socavar el cerro Motastepe, es una amenaza latente en la que se puede repetir la historia del volcán Casitas. Sin embargo, no se hace nada por estabilizar este problema. ANSA, no cuenta con plan de manejo ambiental, que en verdad asegure el bienestar de la mina, solamente le sirve como beneficio económico para vender productos a la industria de la construcción.
Cristóbal Medina, ecólogo de la Universidad Nacional Agraria (UNA), hace referencia a la forma de excavación en el cerro; donde se saca la arena de forma invertida, socavando de abajo hacia arriba, lo que puede provocar un deslizamiento de materiales y causar una catástrofe en toda la zona cercana. “La principal afectada sería la laguna de Asososca, porque es un manto acuífero que abastece de agua a la parte suroeste de Managua”, explica Medina.
La capa vegetal del cerro, va desapareciendo dando paso a que la erosión sea muy rápida y se presenten posibles tormentas de arena en las épocas de verano. Sin lugar a dudas, las autoridades competentes no regulan de forma adecuada el lugar, más bien desde los años noventa, que comenzó la extracción indiscriminada en esta mina; se declaró el lugar como área de utilidad pública, según refieren archivos de la Prensa.
La Alcaldía de Managua por su parte, evade cualquier culpabilidad en la explotación de este cerro, aduciendo que el Marena es el ente competente para resguardar la biodiversidad de la zona, por ubicarse la laguna de Asososca próxima a la zona de extracción de arena.
Zeas por parte de Marena dice que esta institución no tiene ningún rol en la zona, dándole libre poder de explotación a la empresa minera Ansa y poniendo en extinción una zona natural que aunque no tenga tanta relevancia, ni cuente con un ecosistema escénico, merece ser protegido y así evitar un posible desastre natural.
No se sabe qué pasará en el futuro con este cerro
Ansa tiene permiso de libre extracción minera en este imponente cerro, durante 25 años más. Por su parte las autoridades gubernamentales no tienen un plan estratégico de resguardo en la mina, por lo que se teme que el cerro sea socavado a tal grado que solo queden restos de arena como símbolo que ahí estuvo un día el Mostaspe, o se venga de repente un movimiento de arena que acabe con todo lo que hay en el área.
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